4/4/10
FELIZ PASCUA DE RESURRECIÓN PARA TODOS!!!
Mensaje Pascual 2010
¿A qué llamamos Pascua los cristianos? Para muchos, la palabra apenas tiene algún significado; no pocos se olvidan de una parte del Misterio Pascual y sólo llegan hasta el Viernes Santo. Lo demás no interesa tanto, sólo la Pasión. Otros, apenas se estremecen por la Pasión y el amor de Cristo en su dolor y su vida entregada por nosotros, y argumentan: «Jesús es paz y amor, y energía positiva. No hay que traumatizar a la gente con dolor y sangre». ¿Qué concluimos? Pascua es sencillamente Cristo que padece, muere y resucita, y la Resurrección constituye la novedad absoluta, lo no prefigurado, lo inesperado; lo inesperado para los apóstoles y para nosotros.
Pascua es la celebración conjunta de la Pasión y la Resurrección de Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre en el seno de María Virgen. La fe de los cristianos consiste en creer en la Resurrección de Cristo. Muerte y Resurrección unidas constituyen el misterio Pascual. Pero no como dos momentos que simplemente se suceden, sino más bien como un movimiento, como un paso del uno al otro; es decir, algo dinámico, ya que consiste en hacernos pasar de la muerte a la vida, de la esclavitud a la libertad, del dolor a la alegría, del sinsentido a la esperanza, algo que no se puede detener. Se trata de la Pasión y la Resurrección que nos salvó en el Bautismo y la Confirmación, y nos sigue nutriendo con la Eucaristía, que nos salva cada día.
Por tanto, una Pascua de Pasión sin la Resurrección sería una pregunta sin respuesta, una noche sin amanecer; sería fin, en vez de comienzo de todo.
La Muerte y la Resurrección de Cristo sucedieron una sola vez, y lo que nosotros celebramos, la liturgia pascual, es la conmemoración de aquel acontecimiento que sucedió aproximadamente entre los años 30 y 33 de nuestra era cristiana. Pero hoy los que no tienen nuestra fe nos preguntan: «¿Eso que dicen sucedió con Jesús, es cierto, o es un cuento de curas? ¿Ha resucitado Jesús únicamente en la liturgia de la Iglesia, en sus ritos, o ha resucitado también en la realidad y en la historia? ¿Ha resucitado porque la Iglesia así lo cree; o, ha resucitado y por eso la Iglesia lo proclama? ¿Ha resucitado la persona de Jesús; o, ha resucitado sólo su causa para revivir ideas de un difunto? Así se piensa hoy día en nuestra sociedad, y muchos cristianos también. ¡Cuidado! No podemos creer a tontas y a locas; tenemos que tener las ideas claras pues afecta a lo esencial de nuestra fe, nuestra moral y nuestras costumbres.
¿Qué es lo que ha determinado un cambio tal por el que los mismos hombres, los discípulos, que antes habían renegado de Jesús o habían huido, ahora dicen en público estas cosas? Fundan comunidades en nombre de Jesús y tranquilamente se dejan apresar, flagelar y matar por Él. Ellos nos dan una respuesta a coro: «Ha resucitado». Un sucesor de Poncio Pilato en Judea, el gobernador romano Festo, tiene preso a san Pablo, que ha apelado al César. Pero no entiende de qué le acusan sus compatriotas; los puntos discutidos, señala el romano, son cosas referentes a su religión y sobre «un tal Jesús», ya muerto, que Pablo asegura que vive. Dichosos nosotros si con San Pablo podemos llegar a decir «que Cristo murió por nuestros pecados, fue sepultado y resucitó al tercer día, según las Escrituras; se apareció a Pedro y a los Doce, se apareció a más de 500 hermanos y finalmente se me apareció también a mí como el fruto de un aborto» (cf. 1 Cor 15,3-8).
Es mi deseo que esta Pascua 2010, en el marco de nuestro Centenario diocesano y en el inicio del Bicentenario 2010-2016 de nuestra Patria, sea una experiencia de resurrección para cada bautizado, ajustando nuestra conducta a la fe recibida en y de la Iglesia, y dando desinhibido testimonio de Jesús Resucitado, sobre todo, a través de un sostenido compromiso por la paz social.
Con la Paz nada se pierde; pero, todo se puede perder con la violencia y los desencuentros. ¡La fraternidad universal, con y en el amor, por sobre todas las cosas!
Mons. Luis Urbanč